Los Mil Mundos

 

Un día tres monjes ciegos andaban por un camino cuando escucharon a un elefante.

– Acerquémonos para saber cómo es un elefante – dijeron, pues al ser ciegos ninguno había visto nunca uno.

El primero de ellos se acercó y le tocó la cola y dijo:

-¡Vaya! Un elefante es fino, delgado y peludo. ¡Tiene la forma de un pincel!

El segundo que estaba tocando una pata le contestó:

-¡De eso nada! Un elefante es grueso , fuerte y áspero. ¡Se parece a un árbol!

El tercero, agarrado a la trompa respondió:

-¿Pero qué decís? ¡Es estirado cual serpiente!

Los tres tenían delante una misma realidad pero cada uno la percibía de una forma diferente. Esta historia me la contaron en una aldea al Sur de Colombo (Sri Lanka) y muestra cómo los seres humanos percibimos una misma realidad de formas bien diferentes. Ninguno de ellos tenía razón pero tampoco estaba equivocado, simplemente eran diferentes perspectivas. Y es increíble ver como discusiones entre humanos se tornan en debates sobre quién tiene la razón en lugar de intentar aunar nuestros puntos de vista y formar así el elefante. Esto es algo idílico y en verdad irrealizable pero viajar, conocernos y conocer nos ayuda a acercarnos a un mejor entendimiento de nuestro mundo desde los miles de millones de percepciones que existen de él.

Esto es la idea principal de Los Mil Mundos.

Por ello elegí a Yggdrasil, el árbol de la vida como símbolo pues este era el que unía los 9 mundos de la mitología nórdica. La famosa frase que cierto dios griego le dijo a Eneas en su gran viaje rodea al símbolo: Audentes Fortuna Iuvat – La suerte favorece a los que se atreven.cropped-untitled-e1500389637838