Una vez más soy el primero en levantare en el hostel de Mavrovo. Su dueño Viktor se encuentra roncando en la sala común mientras que afuera aún permanecen los restos de la hoguera que hicimos anoche. El ambiente hippie de este lugar me ha encantado. Ayer viajeros de Israel, Francia, Macedonia y un español en moto compartieron batallitas frente a un fuego y a la luz de las estrellas. Hoy es tiempo de marchar, me espera una ruta muy motera por las montañas de Macedonia y la ausencia de asfalto de Albania.
Macedonia me despide espectacular. La región de los lagos entre Mavrovo y Orhid es descomunal, grandiosa. Masas de agua plateada se dibujan bajo verdes montes moteados de casitas naranjas y blancas mezquitas.
Disfruto de la experiencia pues hoy me apetece rodar, rodar y rodar. No se cuánto tardo en llegar a Albania, quizás dos o tres horas pero me divierto como un enano. La primera impresión del nuevo país es agradable, buena aunque sin mayor motivo. Es quizás más agrícola que su vecino Macedonia: está lleno de animales de tiro, viejos tractores y trabajadores del campo. Aunque hay algo que llama aún más la atención: búnkers. Están por todos lados.
Me desvío hacia una carretera que había visto por Google y desconecto el GPS. Sabía lo que iba a suceder pero quería perderme en Albania. Los 100km que me separan de Berat me llevan tres horas completas. No hay asfalto en el 90% del recorrido y cuando lo hay, está lleno de agujeros. Nunca ví unas carreteras tan malas. Pero Othar se mueve bien en este ambiente. No paro de adelantar Mercedes y BMW, con más de 20 años. Pero oye, son Mercedes y BMW. Por el camino también me dedico a retirar tortugas de la carretera. Estos bichitos están por todos lados.
A lo lejos amenaza un nubarrón…veo que me acerco…me acerco más…me lo como. ¡Qué manera de llover! El camino de arena resbala y las ruedas de carretera que llevo no ayudan nada. Quizás debería preocuparme pero me lo estoy pasando genial, sabía que podía pasar, quería que pasase.
Berat, la ciudad de las mil ventanas
Hecho unos zorros llego a Berat. Mi hotel es la casa de unos albaneses que alquilan una habitación (algo muy típico aquí). Me abre el jardín una mujer y al entrar a la casa descubrimos al marido durmiendo en un sofá, lo que le cuesta dos golpetazos de la señora y varios gritos. ¡Pobre hombre!
Berat es Unesco y aparece recomendado en la puta Lonely Planet por lo que hay cientos de turistas. ¡Hay que ver lo que cambia la vida de mucha gente un jodido sellito Unesco! La primera impresión para mi fue de una ciudad fea y llena de basura a la que no merece la pena venir aposta. La visita al castillo lo mejora pero sigo pensando que venir aquí es una estupidez de guía de viajes. Estos países son para olerlos, vivirlos, sentirlos, mezclarte en su desorden…no para ver monumentos Unesco.
Desde el castillo con unas vistas increíbles aprovecho para leer algo de historia…
La historia albanesa
Fue romana y era llamada Iliricum y posteriormente pasó bajo mando de Constantinopla. En 1431 llegaron los turcos otomanos e islamizaron todo el territorio. Aquí surgiría la figura de Skanderbeg. Pertenecía a los Kastrioti, una poderosa familia albana del siglo XV. Cuando los turcos invadieron los Balcanes se lo llevaron como rehén a Estambul siendo sólo un niño. Allí le convirtieron al islam y le entrenaron en academias militares. Cuando le mandaron al frente a conquistar los Balcanes como un otomano más, Skanderbeg recordó su pasado albano y se reveló contra los turcos. Mientras vivió reconquistó Albania y se defendió de los invasores y no fue hasta su muerte en 1468 cuando los otomanos conquistaron definitivamente Albania. Su estatua está en todo Albania y Kosovo.
En 1912 echaron a los turcos definitivamente con la ayuda europea pero les salió caro ya que tuvieron que entregar Sameria y parte de Epiro a Grecia y Kosovo a Serbia. En 1939 les invadieron los fascistas italianos a los que echó a palos una guerrilla liderada por un tal Enver Hoxha. Hoxha sería el dictador albanés que gobernó como dictador del 1945 al 1985 cerrando el país a cal y canto, tanto al extranjero como económicamente. Este señor tenía una obsesión con ser invadido y por ello llenó el país de búnkeres.
En cuanto a la mafia albanesa, hay que recordar que en 1997 tras la quiebra de unos fondos de inversión se formó una revuelta popular que puso el 80% de las armas del país en manos civiles. Hoy en día es muy fácil obtener armas en el mercado negro aquí.
Volviendo a un nuevo Berat
Cuando bajo de nuevo a Berat la ciudad empieza a enamorarme. No se si son sus miles de ventanas que ahora me miran de forma diferente, o sus calles llenándose de gente. Pero el ambiente es muy agradable. En una plaza presidida por una mezquita y una iglesia montan un escenario en el que más tarde se haría un concierto con las estrellas musicales más conocidas de Albania. Al parecer se pasan el verano dando conciertos de pueblo en pueblo que son gratuitos para el público. A pesar de que la canción más popular es el «Despacito» la gente parece adorar estas canciones con dejes orientales y árabes. Todo el mundo, niños, mayores y jóvenes se arregla para la ocasión y sorprendentemente aquí los gustos no son extravagantes como en sus vecinas Macedonia o Kosovo. Podríais perfectamente pensar que estáis en España.
Vuelta al infierno
Al día siguiente tomo un rico desayuno en Vila Juri, con una dueña que me come a besos diciéndome lo mucho que me parezco a su hijo que vive en Florencia. Gran parte de la población albana habla italiano, incluso los mayores quienes emigraron al país vecino en tiempos de Hoxha.
Me siento a tope así que decido poner el GPS en modo línea recta (marca el camino recto de un punto a otro sin tener en cuenta caminos o carreteras) y lo pongo dirección Spille.
De Berat a Spille no habrá más de 80km por carreteras pero por caminos de cabra como los que yo estoy tomando me lleva más de 4 horas. La moto parece que se va a desmontar y en ocasiones me pregunto cómo se mantendrán las maletas en su sitio. Mi gran preocupación es pinchar aquí, estoy realmente lejos de cualquier sitio. Pero de esta forma descubro una Albania que poco tiene que ver con lo que cuentan las guías, una Albania que ni si quiera en un coche podría haber conocido. Los niños corretean descalzos por todos lados y pastorean aves de corral, los mayores trabajan en el campo ayudándose entre hombres y mujeres, las gallinas andan sueltas por el campo y el tráfico más frecuente son carros tirados por burros. Me extraña que no se desarmen en estos caminos llenos de agujeros. No encuentro ni un sólo coche por el camino.
La gente se extraña al verme, parecen confusos y yo me siento como un extraterrestre venido de Marte. En realidad no creo y lo digo honestamente, que ningún turista haya pasado nunca por aquí.
El hecho de que los albaneses sean étnicamente mediterráneos me hace sentir que he viajado en el tiempo. Creo estar viendo la España de mis bisabuelos y abuelos. Estoy feliz, el sentimiento que me recorre por dentro me llena. Me doy cuenta de lo duro del trabajo de estos hombres que con sus manos callosas construyen un futuro en que sus descendientes, hoy descalzos, serán oficinistas, periodistas o programadores. Como nosotros darán por hecho que el agua sale de un grifo, la luz de un interruptor y que para comunicarte con alguien sólo hace falta una app. Como nosotros obviarán lo que hay detrás de todo aquello y esto les llevará a no valorar lo muy afortunados que son. Es ley de vida, pero entristece pensar que lo único que les debemos a hombres como estos que labran el campo con sus manos, que es el simple recuerdo, nunca se lo pagaremos. Tristemente no seremos conscientes.
Finalmente llego a Spille, la moderna (y localmente) turística nueva Albania. Venir aquí es una forma de resarcirme por no visitar la Riviera Albana pues en su lugar he preparado algo mejor.
Spille es como Benidorm…asi que chapuzón, pizza y marchando. Vuelta al único camino de cabras que lleva a Spille. ¿Creíais que había una carretera?
Cuando por fin veo la carretera esta está limitada a 70. Con esto os imagináis el estado de la autopista principal del país. Esto es de locos. De locos. Entro en Tirana buscando donde descansar y de repente me hablan en español. Un albano de nuevo me está invitando a un café. Estoy impresionado con los albaneses y albanokosovares. Es estúpido lo mucho que juzgamos sin saber en España. Siento profundamente, creerme, lo idiotas que somos. Esta gente es realmente acogedora y me hacen sentir en mi propia casa.
Camino a Shkoder, otro gran complejo turístico mochilero, voy pensando sobre qué ha podido hacer tanto daño. Obviamente los medios de comunicación que sólo nos hablaron de guerra en los Balcanes, mafia albanesa y el topicazo de turno de que un grupo albanés robaba casas en La Moraleja. Pero viendo Berat, Tirana y Shkoder saco una conclusión. Aquí no hay tanto desorden, y de hecho Albania aquí ha viajado varios años adelante en el tiempo. Los grandes centros que el turista visita, con perdón, en autobuses como ganado, poco tienen que ver con la Albania real. Los grandes blogs de supermochileros hippipijos que abundan sobre viajes a los Balcanes y que yo tanto he leído antes de venir, nos muestran una imagen de coches viejos, cables enredados y suciedad para demostrar cuán atrevido es aquel que viajó a ese lugar. Al final estos blogs buscan lo distinto, el viaje «original» y «auténtico», no queda bien decir que estos hombres son exactamente igual que nosotros, que las ciudades son más seguras que Madrid o Barcelona, y que en realidad estos musulmanes de los Balcanes van tanto a la mezquita como tú o yo a la iglesia. Bajo mi punto de vista países como Albania son tan sólo un viaje en el tiempo, un tiempo en el que las cosas costaban trabajo, en el que los gestos y las miradas tienen un enorme valor, en el que lo mucho que tenemos, no se da por hecho.
Pufff, otro blogger mas que viene a Albania a poner la bandera. creeis tan autenticos que da asco, que con 3 días en el país ya lo conoceis, bunkers, mercedes, gasolineras y bla bla bla.
No se dice albanos, cuantas armas has podido comprar en Albania? Te han ofrecido alguna? ah, que te lo han contado allí, porque seguro que entiendes el albanés.
Cuales son los grandes centros que el turista visita? aclaramelo, porque donde tu has estado, Tirana, Shkoder, Berat son los sitios más visitados del país!! ah claro, que tu eres mas autentico y no has estado en Saranda….además hay un mogollon de sitios por los que no ha pasado un turista, pero claro, tu no eres turista, eres viajero…
Por cierto , en cuanto a carreteras, Albania tiene una de las mejores redes viarias de la zona, muy mejorada últimamente ya que puedes cruzar el país de noroeste a sureste en unas 5 horas.(de Shkoder a Korçe)
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No me has leído, vaya, o lo has hecho buscando esa crítica en mi post. Pero valoro que digas esto de cualquier forma y te lo agradezco.
Pero no pretendo ir de auténtico ni de saber más que nadie. Si he hablado con (muchos) albaneses y mantengo el contacto aprox semanalmente, no porque yo hable albanés, sino porque ellos hablan inglés. Hable con ellos sobre estos temas. Los comparten. Ve mis dos ultimos videos, si te interesa.
La autovía de la que hablas tb sale en el blog y en los videos y no creo que sea de las mejores de la zona. Si lo piensas, difiero. Tb salen sus caminos y sus pueblos (no, no son Unesco).
Hablo de su gente y de MIS sensaciones. Ten eso en cuenta. Y de nuevo te agradezco el tiempo que dedicaste.
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