Me he levantado con una resaca de caballo por las cuatro cervezas a las que Besart, dueño del hotel La Corte me invitó anoche. Ver que está lloviendo afuera tampoco ayuda a que tenga ganas de levantarme,
Cuando al fin me pongo en marcha la lluvia ha parado y sólo quedan algunas nubes. Otra vez voy a tener suerte. Hoy quiero cruzar a Macedonia, el país más al sur que tocaré en esta ruta.
En mi camino paro a ver la estatua que Pristina le ha dedicado a Bill Clinton por bombardear Belgrado en 1999, y prosigo mi camino. Kosovo sigue siendo igual de amable conmigo, aunque esta ve decido no parar con cada persona que me dedica una sonrisa o una buena cara.
La frontera con macedonia resulta otro puro trámite en el que me dedico a pasear a niños con la moto mientras espero una larga cola…
Macedonia se llama oficialmente FYROM (Former Yougoslav Republic of Macedonia) y tiene desde su independencia en 1991 un conflicto abierto contra Grecia por su nombre. La histórica Macedonia es hoy una región del norte de Grecia cuya capital es Tesalónica. Pero a los macedonios ex-yugoslavos les da exactamente igual y de hecho hacen verdaderos esfuerzos por crear una identidad ficticia. De hecho la tontería les está saliendo cara y este conflicto tonto con Grecia les está suponiendo tener una razón más para no poder ingresar en la UE ni en la OTAN, dos instituciones a las que llevan algún tiempo intentando entrar. Para demostrar su historia recién inventada, los macedonios se han aventurado en el llamado proyecto Skopje por el cual se están gastando un verdadero pastón en crear edificios históricos en su capital. El problema es que parecen de cartón piedra. Nada más llegar al centro de Skopje me da la risa. Me siento en un parque de atracciones en el que todo es un escenario de mentiras.
Destacan un arco del triunfo, la plaza de Alejandro Magno (llamada oficialmente del «Guerrero a Caballo» para no tener más problemas con los griegos) y dos puentes con las figuras históricas más importantes del país, que van desde reyes, escritores, pintores a un cantante de Eurovisión. El escenario es de mofa.
En cuanto a la gente la sensación es de pasotismo general. Ni bueno ni malo, la gente simplemente pasa como lo haría en Europa. Étnicamente sin embargo es una verdadera macedonia, entre la que los más ruidosos son la multitud de gitanos que hay. El problema es que esta macedonia no combina bien. Políticamente el país no vive un buen momento. En las elecciones del pasado diciembre los nacionalistas de etnia macedonia (VMRO-OPMNE) ganaron las elecciones, pero no con mayoría suficiente como para gobernar. Así que unos social-demócratas se les adelantaron haciendo una coalición con un partido albanés (musulmán). El asunto acabó a palos en el parlamento en abril, con varios parlamentarios sangrando. En las calles hubo enfrentamientos entre macedonios y albaneses, algo que Minja, aquel serbio que conocí en Ljubljana en mi primer viaje a los Balcanes, ya me adelantaba. Minja decía que Macedonia era un verdadero polvorín que ya había estado al borde de la guerra en 2001, y que el asunto iba a estallar de nuevo. Lo cierto es que hoy día, Macedonia es sin lugar a dudas la mecha de los Balcanes, y aunque esté apagada, los macedonios están jugando con fuego muy muy cerca de ella. Si un conflicto étnico estallase aquí, automáticamente afectaría a albaneses, kosovares y serbios.
Por el momento yo dejo de pensar en esto y me decido a marchar hacia Mavrovo, un parque natural que rodea un precioso lago. Me decanto por ir por carreteras secundarias y descubrir la verdadera Macedonia. Lo que veo me sorprende, tengo la sensación de estar en un país enteramente musulmán. Supongo que por el hecho de estar en el oeste de Macedonia, la mayoría de población aquí es albanesa. De hecho en cada casa ondea una bandera roja con un águila bicéfala negra, y las mezquitas están por todas partes. Es curioso porque étnicamente estos musulmanes son una mezcla perfecta entre eslavos y turcos.
No me preguntéis por qué pero me siento cómodo entre musulmanes. Se que si tengo cualquier problema van a ayudarme y que nada va a pasarme. Una vez uno ha abandonado todo prejuicio idiota que tenemos en occidente, estas zonas son las más confortables con diferencia, y las más seguras.
Finalmente y tras dos horas y media que dedico a hacer 100km, llego a Mavrovo. Si lo anterior parecía Turquía, esto parece Suiza. Buenas casas, buenos coches, piscinas, gente ordenada y rubia…parece que me he teletransportado. Aquí a orillas del lago y en una zona apartada encuentro el Vertical Hostel, un hogar de hippies en el que me están haciendo sentir como en casa. ¿Sabéis? Viajar es una pasada
¡Que pasada! Una cápsula de historia, política y mitos culturales. Genial para un primer contacto. Una pena.. que debido al género de mi persona no pueda decir lo mismo sobre encontrarme a gusto en solitario en países musulmanes…
Nosotros podemos perder to do prejuicio.. pero si no lo hacen contigo por tradición y cultura.. no hay nada que hacer!
Keep smiling caballero!
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Jajaja Lauri es que quien ha dicho que ellos no lo hagan? de nuevo conocer…has ido a pocos por lo que veo. Es puro prejuicio
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